Tuesday, April 18, 2006




El hombre intenta desentrañar el misterio de lo frágil y apuntala con materiales recurrentes. Frena la fuerza de la naturaleza y reprime su vigor.

Cuando se enfrenta cara a cara con el hombre son las palabras las que intetan apuntalar su discurso para desarmar. Las palabras son como cadenas, collares preciosos que adornan, decorando lo zafio.Ese ser que somos, evasivo y cambiante a cada instante, araña en su caudal, vacila y selecciona aquello que puede sorprender.

Lo obvio ha de disfrazarse para impresionar. Para que lo que es no se muestre. Para parecer lo que no se es.

2 Comments:

Blogger @Igna-Nachodenoche said...

Así es, tratamos de adornar las palabras, para dar fuerza al discurso, y para eso supongo inventaron los adjetivos calificativos.
Un abrazo.

12:18 PM  
Blogger Concha Pelayo/ AICA (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte) said...

Gracias por visitar mi Poemario. Siempre tan gentil.

Leo con atención tu blog y me resulta muy interesante.

5:21 PM  

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