Periferia urbana
Me encaminé despacio, cautelosa
escuchando el silencio
de los muros desconchados
de las chozas apiñadas
del reto de la miseria
de la ignorancia del tiempo.
Mis ojos se detienen
en esos niños mugrientos
en la mano extendida del mendigo
que solitaria y desnuda
siente frío.
Al doblar una esquina
hedores me trae el viento
de miseria amontonada
de harapientos
que pululan entre charcos
entre niños
entre perros.
Al pasar ante una puerta
un chirrido quejumbroso
sobrecoge mi silencio
y unos ojos que me miran
que me miran
implorantes.
-Los ojos tristes de un viejo-
que me miran desde dentro.
Y me alejé
y atrás quedó la miseria
huyo de ella.
Como siempre,
una vez más,
mi conciencia se despierta.
2 Comments:
Con esas imágenes que plasmaste me resulta difícil no verlas.
Como me resulta difícil también huir de mi conciencia.
Abrazos.
me gustaria leer el poema, y desde ya agradecerte por todas tus visitar a mi blog.
como siempre, exelente lo que escribis!
Saludos desde el rio de la plata!
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