
¿Quién con su mano eterna
nos siembra claro y nos recoge espeso?
¿Qué otra razón sino la suya cuaja
nuestra cosecha? ¿Qué bravío empieza
a dar sabor a nuestro fruto? ¡A ese,
parad a ese, a mí, paremos todos:
nuestra semilla al viento!
Pero qué inporta. ¡Ved, ved nuestro surco
avanzar como la ola,
vedle romper contra el inmenso escollo
del tiempo! Pero qué importa.
(...........)
Fragmento del poema de CLAUDIO RODRÍGUEZ
"Cosecha eterna"
¿Y dónde fue a para nuestra cosecha?
aquélla que sembramos grano a grano
-parcelado el corazón-
semillas de pasión bajo tormenta,
el verbo que era el dueño,
la carne, por ventura, el vasallo.
¿Para qué quiero yo la carne, ahora, sin el verbo?
3 Comments:
¿Para qué quiero yo la carne, ahora, sin el verbo?
Verbo y carne,union perfecta
bss
Rompemos a menudo las parejas naturales.
El sol y la luna, el frío y el calor, la carne y el verbo...
Un abrazo
No todo tiene porque tener una explicación lógica.
Preciosa fotografía llena de surcos y verdor.
Salu2:))
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