Díme tú, furtiva,
tímida florecilla que a cada paso
asomas la mirada,
díme si algún día, de madrugada,
no sentiste al rocío
besar tu cara,
ni oíste un requiebro
ni aspiraron tu esencia
ni sus labios temblaron.
Díme tú, niña.
Díme si no sentiste nada.
posted by Concha Pelayo/ AICA (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte) at 3:01 AM
10 Comments:
Las caricias del rocío son suaves como los besos de los amantes.
Un abrazo
Fue la indirencia criminal del hambre que ponía fuerza y crueldad en los brazos que manejaban la guadaña.
La bota del cazador sediento de sangre en las mañanas en que la aurora deja asomar una tímida esperanza.
Por otra parte. delicadísimo poema
Indiferencia
Talin, magnífica tu interpretación/crítica sobre la poesía. Creo que deberías explotar tu talento.
¿Te han hecho daño?
Uy...q bonito!Me encanto este poema...te lo pido prestado para leerselo a alguna linda niña algun dia de estos...besos, hermosa amiga.
No, sería como una especie acotaciones al margen.
O como si yo me declarase portavoz de los flores humildes.
Tu poema me gusta mucho. Creo que ya te le he dicho. Y habrás comprobado que ni por cortesía suelo alfombrar con flores el camino poético de una amig@ si no me gusta. Tampoco denostarlo. Sé que esto de la poesía es muy subjetivo. Y la literatura en general. De hecho no hay más que capillas y fuera de esas capillas, para los miembros de ellas, todo es una mierda. Salvo excepciones.
No, no he publicado nada. Y tampoco hago ningún esfuerzo para agrupar lo que he escrito, formar un librito de una ciertas páginas y enviarlo a algún editor. Y conozco alguno que es amigo. Creo que es una muestra de desconfianza de lo que escribo.
¡Vaya testamento!
Me paro ya. Por cierto, vine ayer de Zamora. Estuve en Santa Clara de Avedillo. También en la capi. Me llevó un cuñado. Pensé en ti, pero...
En esa sencillez que no es tal, se encierra la belleza, en la florecilla y en el beso de rocó que le dan tus versos
quantas as flores...
que chamo
pelo nome:
uma
a
uma
...
beijO :)
ella, con su timidez, logra atraerlo a su elixir...
Que lindo, es una melodia este poema en voz alta.
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