Lágrimas

Sigue la nieve
cae en silencio

resbalan lágrimas
silenciosas
también

lágrimas que no se ven
apenas
enjugadas

la nieve
copos ante mis ojos
lágrimas de mis ojos.

Nieve

Hoy veo caer la nieve
escruto el paisaje
lo bebo

hoy apenas
he hecho otra cosa
que ver caer la nieve

caen los copos
haciendo del espacio refulgentes estrellas
todo es blanco

me envuelve el silencio.

Claro de luna

No, no creas que es poesía
eso que se prende a tus nervios,
vientecillo áspero que pasa.

Tampoco creas poesía
esa ingeniosa comparación que se te ocurre.
-mirar tembloroso la infinitud de una mirada-

Si no te sumerges en el subsuelo
te oscureces,

si no te preocupa la angustia de la Humanidad
aunque se despechen tus lindos versos
hechos de manos blancas
de azahar o de jazmín

o que se mueran por el amor de una rosa...

no eres un poeta.

Alguien llamó a ese poeta
filisteo del claro de luna.

Izarse

Porque no es segura
se resquebraja
en tinieblas...

una fuerza invisible
me obstina
dirige mis pasos

me convierte en pluma
-liviana seda-
a merced del viento

me mira de frente:
Amiga. Detente.

Con sigilo

Voy saliendo
con sigilo
voy saliendo.

Cuesta
-todavía la nostalgia-
recordar
turbada la mirada
dulce el semblante
risa en los labios.

Cuesta.
Árduo afán
sin afán.

Con sigilo
me escapo
desaparezco.

Poesía

Es en el poema donde se alarga el sueño
mientras los párpados de la vida
van cerrándose.

Fluyen las palabras al caminar
y el día avanza.
El día, que nunca será mío
ascenderá
hacia la oscuridad.

Y para ver la magia
transformo mis ojos corpóreos
en espirituales.

Qué verdad, qué limpia escena la del amor
que nunca ve en las cosas
la triste realidad
de la apariencia.

Calma

Fluye de mí la ternura
como el rocío en la mañana.

Se empapan las yemas de los árboles
se empapan mis dedos
mi piel se empapa.

Se ha calmado el río caudaloso
se ha saciado la sed
ya sin ansia

Se ciñe mi mirada
-horizonte altivo-
lejanía insalvable
la mirada altiva

Lejanía.

Divago

Cobra cuerpo la ingratitud
divagando
susurrantes las fibras
nerviosas de la vida

Definir estado semejante
es de rigor
más no hay palabras

Me miro y reconozco
soy yo
la que fui
en el tiempo
en este tiempo
perdido y yermo

Dagas y rosas
-ironía-
pétalos que no existieron
ni siquiera sé que existieran
alguna vez.