Oculta
la mirada tras los párpados
el gesto indolente de los brazos
la vida codiciosa que se escaspa.

Azulado el dolor
frágil quimera del pasado
reciente, como pan tierno
modelado con dedos de agua

mientras el rumor
del suspiro es eso,
rumor apenas.


Y el cielo tan azul...
que, casi duele.


Jhon Singer Sargent
Soldados bañándose 1918

Estoy agitado. Tengo sed de cosas lejanas.
Mi alma se muere de ansia por tocar la orilla de la distancia oscura.

¡Oh, Gran Más Allá; oh, la aguda llamada de tu flauta!
Olvido, siempre olvido, que no tengo alas para volar,
Que estoy atado a este lugar para siempre.

Estoy silencioso e insomne, soy un extraño en un país extraño.

Tu aliento llega a mí susurrando una esperanza imposible.

Tu lengua es conocida a mi corazón como si fuera realmente la mía.

¡Oh, Búsqueda Difícil, oh, la aguda llamada de tu flauta!
Olvido, siempre olvido, que no sé el camino, que no tengo el caballo con alas.

Estoy abatido, soy un vagabundo dentro de mi corazón.

En la niebla soleada de las horas lánguidas,
¡qué enorme visión de ti se forma en el azul del cielo!

¡Oh , Final Supremo, oh, la aguda llamada de tu flauta!

Olvido, siempre olvido, que en la casa donde habito a solas
las puertas están cerradas por doquier.


Rabindranath Tagore

Esas hojas,
amarillentas y crujientes,
gimiendo bajo los pies,
son como los recuerdos
que cercenan el alma
adosados a la piel,
prendidos a la memoria
impenitente,
rencorosa.

Esas hojas
son eco del pasado
murmullo latente,
incesante.
Humus redentor.

Se desvanece el sueño
y se desnuda el alma
perdida entre la bruma
la nube blanca.

Saber que partió un día
sin palabras los labios
sangrante la herida
dulces las lágrimas.

Se espesa el horizonte
el tiempo alarga
se apunta el alba
los brazos claman.

Yo sé que fue un sueño.

Dispárame pétalos blancos
plumas volátiles
lirios blancos.

Dispárame, en vez de dardos,
suspiros al anochecer
nanas de emoción.

Dispárame si puedes
si te asiste el valor
y no me mates.

Es el viento que viene y va
es bruma en la distancia
es nostalgia contenida


es amanecer y ver
languidecer el día
escurrirse la tarde

es mirar el horizonte
entre tumbos de sueños
es abrazar la noche y dejarla marchar.

Lady Agnew of Lochnaw, 1892
John Singer Sargent

Clotilde sentada en un sofá 1910
Joaquín Sorolla

A veces es la luz
suspendida de un rayo de sol
que me abrasa
como fuego candente.

A veces son dedos,
guías supremas del artista
los que me llevan lejos,
más allá de lo que puedo alcanzar.

A veces es el precio del deseo,
como la obra de arte,
mientras no interfiere el precio.

Fue todo:
bajo la lluvia
entre la fronda
bajo las nubes
a tientas en la niebla


abrasaba el sol
volaban los pájaros
embriagaba el aroma
la noche caía


caía la noche
la lluvia caía

caía, caía, caía...

Voy caminando en la tarde
sin rumbo,
trotando el tiempo,
mi alma sueña letargos
y en derredor
el silencio.

Ocasos de primaveras
vanas y desperdiciadas
luchando
por algo incierto
para llegar a ser nada.

Mis pensamientos
serenos
acompañan el entorno.
Se acusa más el silencio
y me envuelve el otoño.

Fui frágil semilla
mecida al viento
y mientras crecía
el viento me besaba
me mojaba la lluvia
me cubría la escarcha
el trueno me asustaba
me cubría la luna
el sol me doraba.

Fui frágil espiga
pan de tu hambre
agua de tu sed.

Zambullirse y percibir
la vorágine espiral
del letal abrazo

girar enloquecidos
aspirando el perfume
mientras va cayendo la tarde

mientras pétalo a pétalo
se deshace la rosa
y se deshacen los suspiros.