En el día del Libro

Ni la noche ni el silencio
ni el vacío del alma
son capaces de turbarme.

Nada podrá quitarme
esa calma esa paz
ese murmullo de hojas.

Nada comparable
a ese amor silencioso
de la cita diaria con el libro

Con sus páginas abiertas
como abrazos.
No hay soledad con el libro
amante de papel.

Para ti
alma errante.
Para ti
que te ciegan tus ojos.
Para ti, hermano,
para ti, amigo.

Para ti, enemigo,
para vosotros, los del lado oscuro.

Para los que se arrastran
sin levantar la vista.

Para los que besáis al cerrar los ojos,
para los que no lo cierran.

Para los que leéis el movimiento de las manos
de las palabras...

Para los que sean capaces de embriagarse
con el aroma de las flores...

Para vosotros.

Un beso.

El hombre intenta desentrañar el misterio de lo frágil y apuntala con materiales recurrentes. Frena la fuerza de la naturaleza y reprime su vigor.

Cuando se enfrenta cara a cara con el hombre son las palabras las que intetan apuntalar su discurso para desarmar. Las palabras son como cadenas, collares preciosos que adornan, decorando lo zafio.Ese ser que somos, evasivo y cambiante a cada instante, araña en su caudal, vacila y selecciona aquello que puede sorprender.

Lo obvio ha de disfrazarse para impresionar. Para que lo que es no se muestre. Para parecer lo que no se es.

Prisa

Prisa por llegar
a ningún sitio
prisioneros
del
imperioso
yo.

Me devora.
Devoro
transitar
los ignotos caminos

llegar

a dónde

dónde llegar
si el destino
no es otro
que este yo impaciente
ansioso
con prisa
por
llegar.

Ya no sé
si me atormeta
la tormenta

o si me turba
el trueno
o si te veo
y no te veo

o si tengo que esperar
o ya no espero

yo no sé
si me atormentas tú
o me atormenta
la tormenta.

Sólo al sol

Sólo al sol se lo consiento
que me queme
que me abrase
y afogue

que se aleje
y me congele
que se oculte
y no se muestre

sólo al sol se lo consiento
que bese mi piel
tendida al sol
que roce mi cuerpo
con sus rayos

que se cuele por mi oído
y me susurre
que moje mi boca
con sus calientes besos

sólo al sol se lo consiento.

Placidez

Me conmueve esta calma
íntima
impresa en mí,
callada y silenciosa.

Me comueve esta sensación
de ser
y de no ser
de haber sido de alguien
y no ser.

Me conmueve esta placidez
inaudita
sin angustia
sin rasgarse mi piel.

Muerto Jesucristo
azotado
vilipendiado
despreciado
alejado
escupido...

se me alivia el alma...
me conmueve esta placidez.

Mujer

Podría ser estrella
podría cruzar el Firmamento
en vuelo raso
llegar donde tu estás
mirarte a los ojos
decirte adiós.

Podría escribir
los más hermosos versos
y esperar otros versos.
Podría ser esa estrella fugaz
que llora en la distancia
que sueña con llegar.

Llegar y no llegar
mirar sin ver
tener y no tener
esperar...

He aprendido a ser yo:
MUJER
y nada más.